sábado, 14 de marzo de 2009

Sobre la miseria de escuchar post punk






Por supuesto que escuchamos mala música, estos cientos de bandas que se copian una a otra, con escasos conocimientos musicales y malas grabaciones. Por supuesto que escuchamos mala música. Ahora bien, esto no es nada grave, hay que pensar en que el rock and roll es una historia de continua copia y de reciclaje. De hecho, esto está bien, está muy bien, y la música que escuchamos no es tan mala, pero... ¿por qué el afán por una música que, desde sus inicios, se planteó a partir de la desesperación?

Como dice Bolaño en sus Detectives Salvajes, no es nada conveniente hacer literatura desesperada, es poco inteligente, poco maduro, te deja poco temple de espíritu, poca calma... no es nada sano. Es cosa de ver cualquier documental de física cuántica para saberlo. Con la música pasa lo mismo, sin embargo nos empeñamos en escuchar a unas bandas latinoamericanas que gritan bastante, que hacen mucho ruido entre sus pocas melodías, con escasos recursos y de pocos acordes en los que algo hay (¿qué cosa?), en los que algo hay, quizás bajo la capa de ruidos y de letras confusas, debajo de la baja calidad sonora que te dejan los archivos mp3, algo debe haber.

Alguien dijo una vez que los chilenos somos hijos de la represión y del resentimiento. Por supuesto que esto es muy cierto. Por eso algunos nos acercamos a algunos mapuches (los que tienen interés en escucharnos a nosotros, los enfermos) y ellos nos enseñan a limar nuestro propio resentimiento, ¿cómo? con un poco de los kilos de sabiduría que dejan los años y las guerras, la fortaleza que dejan los años de guerra. En fin, tal vez la desesperación acompaña gran parte de nuestros gestos, nuestros intentos de reivindicación, nuestros intentos de redimirnos, nuestra búsqueda de una mejor vida. Y en un intento de reflejarnos es quizás que escuchamos post punk.

1 comentario:

Anónimo dijo...

de que banda es la foto eh?